Has aparecido en el momento perfecto para salvarme de caer en mí misma.
Me has salvado de mi propia miseria y tus ojos me han ayudado a mirar más allá. Y vaya que si lo han conseguido.
No sé si voy a ser capaz de agradecertelo de forma que compense lo que has hecho tú por mí aún sin darte cuenta.
Por ahora seguire maquinando y elucubrando lindo. Lo prometo.
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