Y es cuando surge un imprevisto que vuelven a aparecer las jodidas inseguridades.
¿Seré suficiente?
¿Habré hecho algo mal?
Y empiezas a repasar todos y cada uno de los momentos, recordando todos los detalles pensando en lo que podías haber hecho mejor.
Soy demasiado pesada, tozuda y hablo por los codos.
Pues menuda mierda ¿no?
Piensas en todo lo que podías haber hecho mejor y te preguntas por qué no lo hiciste así desde el principio y no tendrías que estar ahora escribiendo esto.
¿Aprenderé algún día? Digo, ya es hora ¿no?
Que dé comienzo la reconversión.
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