Me buscaste,
me encontraste.
Me agarraste
bien bien fuerte,
y cuando empecé de dejar de hacer fuerza para resistirme
me soltaste del todo.
Dejándome sin fuerzas por haberlas agotado todas intentándome escapar.
Y tú lo sabías.
Creo que fuiste la guinda del pastel,
un pastel hecho de "lecciones aprendidas"
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