El primer lunes, y ya he tenido que cambiar el zumo por café para afrontar el día.
Me digo a mí misma que no quiero verte para no acordarme de ti aunque en realidad sé que no quiero verte por miedo a verte más feliz de lo que estoy yo.
No me hago a la idea de que se haya acabado. Tenía tantos planes en la cabeza, tantos restaurantes para probar, tantos sitios a los que ir. Me moría de ganas de enseñarte miles de cosas.
Necesito hacerme a la nueva rutina.
No es justo.
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