¿Sabéis ese tipo de personas que llegan de repente, sin previo aviso y para quedarse?
Pues ella fue de esas. Y menos mal que lo hizo porque ahora mismo no sé qué haría si no la tuviera en mi vida.
Y pensaréis que qué cursi soy, pero es que no se ha separado de mi lado ni en los peores momentos. Y en los buenos no hace falta decir que ha estado.
Siempre hay algo que hacer, algún tema que discutir o alguna caña para tomar. Y los pitis de liar que no falten madmoiselle.
Y aunque no coincidamos siempre y a veces me saque de mis casillas, la quiero como a una hermana más.
Que ganas de mudarnos a un piso lleno de Nesspreso, jamón serrano y Special K.
Por muchos años más.
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